Espíritu Emprendedor TES 2025, Vol 9, No. 3 de julio a septiembre 1-19
Artículo Científico
Indexada Latindex Catálogo 2.0
ISSN 2602-8093
DOI: 10.33970/eetes.v9.n3.2025.432
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International (CC BY-NC 4.0) Revista Trimestral del Instituto Superior Universitario Espíritu Santo
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El Decreto de Urgencia N° 026-2020, que estableció el teletrabajo obligatorio en
respuesta a la pandemia, dejó claro que la transición al trabajo remoto era una necesidad
urgente, pero carecía de políticas específicas sobre desconexión digital. Como resultado,
muchos trabajadores se vieron obligados a mantenerse conectados fuera del horario
laboral, lo que generó un impacto negativo en su bienestar (Sandoval et al., 2021). La Ley
N° 31572, promulgada posteriormente, formalizó el derecho de los teletrabajadores a
desconectarse, sin embargo, la implementación de este derecho aún enfrenta barreras,
especialmente en aquellos sectores donde la disponibilidad continua es una exigencia,
como los servicios esenciales (Aryanti et al., 2020).
La desconexión digital también, se ha visto afectada por las dinámicas del sector
público, donde la presión por mantener servicios esenciales ha dificultado la adopción de
políticas de desconexión digital efectivas. En este contexto, la Autoridad Nacional del
Servicio Civil (2021) ha señalado que, si bien se están creando normativas, estas aún están
en etapas iniciales y su implementación enfrenta obstáculos relacionados con la necesidad
de mantener la operatividad de los servicios (García, 2022). Además, en instituciones
públicas, la falta de un marco legal y tecnológico adecuado, como lo mencionan López et
al. (2022), exacerbó los problemas relacionados con la desconexión digital, ya que
muchos trabajadores se vieron obligados a adaptarse a un modelo de trabajo remoto sin
la infraestructura necesaria para separar adecuadamente sus tiempos de trabajo y
descanso.
Otro desafío significativo es la brecha digital que persiste en las regiones rurales
del Perú, donde el acceso limitado a internet sigue siendo un obstáculo para implementar
de manera equitativa políticas de desconexión digital. Según el Instituto Nacional de
Estadística e Informática (2023), esta desigualdad tecnológica afecta negativamente la
capacidad de garantizar condiciones adecuadas de teletrabajo y desconexión digital,
ampliando las disparidades entre las zonas urbanas y rurales.
En este contexto, la desconexión digital se ha estudiado bajo tres factores clave:
organizacional, grupal y personal. El factor organizacional se refiere a las políticas y
estructuras dentro de las organizaciones que influyen en la capacidad de los empleados
para desconectarse, como las normativas sobre el uso de tecnología, la disponibilidad